
más que palabras = ESE SILENCIO INCÓMODO, a photo by José-María Moreno García = FOTÓGRAFO HUMANISTA / edita: David Utrilla Hernández = www.davidutrilla.com
Como siempre a mis anchas bailando el carnaval.
Observé que quienes se lo pasaban bien eran la mayoría de las comparsas, el público no se integraba, serios, hasta los más jóvenes, parecía que estaban viendo pasar una procesión.
Diablos y Mascaritas en Luzón (Guadalajara)
Un grupo ataviado con negras vestimentas, cencerros y grandes cuernos recorren las calles del pueblo uniéndose a los participantes del carnaval acosando y tiznando con hollín a todas las personas que se encuentran a su paso.
Los diablos de Luzón son considerados como uno de los mejores patrimonios histórico culturales de la provincia de Guadalajara, y reconocido como el mejor carnaval de toda la Alcarria, por lo que han sido considerados Fiesta de interés turístico provincial, no existiendo constancia escrita de una fiesta etnográfica más vistosa en todo Guadalajara, constituyendo una ancestral tradición revivida por la Asociación Amigos de Luzón. Se conservan documentos en donde se puede datar el origen de esta fiesta al siglo XIV, aunque se puede adivinar que habría que remontarse mucho más para averiguar el origen real de dicha tradición Oculta durante un tercio de siglo, debido a la pérdida de tradiciones como consecuencia de la inmigración a las grandes urbes por parte de la población rural, y a la censura de los carnavales por la dictadura franquista; perdida casi irreparable de no ser por la memoria de los mas ancianos que nos revivieron los rituales y vestimentas que hacían falta para una restauración de la fiesta. Los diablos, representan el lado carnal del carnaval, el aspecto demoníaco, aprovechando las luces y sombras del crepúsculo realizan su aparición con la irremediable intimidación hacia aquellos que los ven por primera vez y a aquellos otros que a pesar de haberlos visto todavía no tienen muy claro si debajo de las vestimentas hay realmente personas. Así los diablos solo respetan a aquellos que van disfrazados, o son mascaritas, donde estos disfraces actúan a modo de protección con respecto al acoso de los diablos; sin embargo, a todos aquellos que no participan activamente en el carnaval, los diablos los atacan manchándoles con su inigualable marca de hollín y aceite, provocando numerosas escenas de miedo, haciendo caso omiso a edad, cargo, sexo o religión. Antiguamente se celebraba la fiesta el domingo, lunes, martes y primer domingo de cuaresma, actualmente se celebra el sábado de carnaval, invitando la Asociación Amigos de Luzón, organizadora de los actos, a una merienda cena a todos los participantes, para superar el trance de la visita de los diablos.
La vestimenta de los diablos se compone de sayas y chaquetillas negras, el cinturón está recubierto por cencerros grandes, y en la testa unos cuernos de toro, todo el cuerpo visible está untado con una mezcla de hollín y aceite, manos, brazos y cara, en la boca una dentadura hecha de patata, y el calzado recubierto de tela negra, todo con la intención de resultar totalmente irreconocibles.
Hoy he estado con Penny, su viuda, recordamos el día que estuve en su casa a hacer las fotos; hemos quedado para fotografiarla más despacio, para escribir la historia de cada una de las piezas y enseres que en ella se encuentran, que Eduardo nos la vuelva a contar, como si estuviera con nosotros (estoy deseando que llegue el día)
A través de Flickr:
aportaciones de amigos y vecinos de Madridejos, punto de encuentro para ver nuestras fotos antiguas del mejor patrimonio de Madridejos, SU GENTE.PULSA PARA VER
La matanza es una tradición arraigada en muchos lugares de España, pero que poco a poco va languideciendo, quizás debido a la comodidad que supone tener en la carnicería todo ya dispuesto, sin necesidad de implicar a toda la familia en las labores de sacrificio del animal. Sin embargo, esta sabia costumbre combina el buen gusto de una carne y embutido elaborados artesanalmente con unas condiciones singulares de conservación que ayudan a tener durante todo el año la nevera bien provista. Uno de los secretos de la matanza es hacerla en fechas de frío invernal para asegurar unas buenas condiciones de la carne durante la elaboración. "A cada cerdo le llega su San Martín" o "Por San Martín deja el cerdo de gruñir". Es el 11 de noviembre, festividad de este santo , cuando tradicionalmente se acostumbra a matar al cochino. La fecha de las matanzas ha estado rodeada de supersticiones, la tradición aconsejaba llevar a cabo esta práctica cuando llegaran los primeros fríos, durante los últimos días de noviembre o primeros de diciembre, y no antes porque "El que mata por Todos los Santos, en el verano come cantos" y nunca en martes porque "En martes ni tus hijas cases ni tu cochino mates".
Actualmente puede considerarse un privilegio disfrutar de un jamón curado en casa, degustar los ingredientes de una buena matanza o atacar un embutido casero.
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