(Lord Byron)
En esta célebre frase que aparentemente parece un juego de palabras, se anuncia una de las principales Leyes Universales, que existen: Toda causa tiene su efecto, generando a su vez otra causa y efecto de sentido opuesto. El ser humano genera su propio destino. Todas y cada una de sus acciones están motivadas por una causa que conlleva su efecto correspondiente y que a su vez genera otra causa y efecto totalmente opuestos (tal como cita el refrán popular "no hay mal que por bien no venga"). En definitiva, nuestras acciones anteriores nos han conducido a las actuales y éstas a su vez condicionarán nuestras acciones futuras. De ahí que nuestro pasado sea el profeta de nuestro futuro, porque según se haya sembrado, se recogerá
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